El Estado de las Artes en Ciencia y Tecnología
Argentina en el siglo XXI
A mas de 20 años de la
Conferencia Mundial sobre la Ciencia para el Siglo XXI: Un nuevo
compromiso (26 de junio - 1 de julio de 1999, Budapest, Hungría),
convocada por la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Consejo
Internacional para la Ciencia (ICSU), que brindó una oportunidad
única de analizar la situación en que se encuentran hoy día las
ciencias naturales y de saber hacia dónde se dirigen, cuáles han
sido sus repercusiones sociales y qué es lo que la sociedad espera
de ellas, mucha agua paso bajo el puente.
Aquella Conferencia determinó
los esfuerzos que debían hacerse para hacer avanzar la ciencia en
respuesta a las expectativas sociales y a los desafíos que plantea
el desarrollo humano y social. Dicho de otro modo, negoció un nuevo
"contrato social" para la ciencia en los albores del siglo
XXI.
Participaron en la Conferencia
unos 1.800 delegados de 155 países, 28 organizaciones
inlergubemamentales, más de 60 organizaciones internacionales no
gubernamentales científicas y 80 ministros de ciencia y tecnología,
investigación y educación o sus equivalentes.
En la Conferencia se debatió la
estrecha relación entre la ciencia y la tecnologia y su función en
el desarrollo socioeconómico y el medio ambiente. ¿Qué es lo más
apropiado para los países en desarrollo? La conclusión a que llegó
la Conferencia es que la creación de capacidades es esencial para el
desarrollo endógeno y que cada país debería desarrollar el saber
científico en las esferas que mejor convengan a sus propias
capacidades y potencialidades respecto al modelo de desarrollo que
resuelvan seguir.
Los resultados de los debates de
Budapest se plasmaron en los dos documentos principales que aprobó la
Conferencia:
• La Declaración sobre la
Ciencia y el Uso del Saber Científico, en que se destaca el
compromiso político para con la labor científica y con miras a
encontrar soluciones a los problemas situados en el interfaz entre
ciencia y sociedad;
• El Programa en pro de la
Ciencia: Marco General de Acción, que contiene compromisos y
recomendaciones específicos con respecto a la creación de
capacidades en la esfera de la ciencia y el uso de la ciencia para el
desarrollo sostenible.
En las proclamas, uno de los
textos señalaba:
“ 29. La función inherente al
quehacer científico consiste en estudiar de manera sistemática y
profunda la naturaleza y la sociedad para obtener nuevos
conocimientos. Estos nuevos conocimientos, fuente de enriquecimiento
educativo, cultural e intelectual, generan avances tecnológicos y
beneficios económicos. La promoción de la investigación básica y
orientada hacia los problemas es esencial para alcanzar un desarrollo
y un progreso endógenos.
30. Mediante políticas
nacionales de ciencia y como catalizadores que facilitan la
interacción y la comunicación entre las partes interesadas, los
gobiernos deben reconocer la función esencial que desempeña la
investigación científica en la adquisición del saber, la formación
de científicos y la educación de los ciudadanos. La investigación
científica financiada por el sector privado se ha
convertido
en un factor clave del desarrollo socioeconómico, pero no puede
excluir la necesidad de la investigación financiada con fondos
públicos. Ambos sectores deben colaborar estrechamente y
considerarse complementarios para financiar las investigaciones
científicas que persigan objetivos a largo plazo.” (
https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000122938_spa)
… Y dedicaba el resto del
documento a fundamentar los aspectos que debían direccionar los
programas Nacionales de Ciencia y Técnica en función de la Paz, el
Desarrollo, y como práctica en la sociedad y para la sociedad …
Durante el año pasado se publico
el informe gráfico EL ESTADO DE LA CIENCIA Principales Indicadores
de Ciencia y Tecnología Iberoamericanos / Interamericanos 2019,
elaborado por el equipo técnico responsable de las actividades de la
Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología -Iberoamericana e
Interamericana- (RICYT), con el apoyo de colaboradores especializados
en las diferentes temáticas que se presentan. El volumen incluye
resultados de las actividades del Observatorio Iberoamericano de la
Ciencia, la Tecnología y la Sociedad de la Organización de Estados
Iberoamericanos (OEI).La edición de este libro cuenta con el apoyo
del Centro de Estudios sobre Ciencia, Desarrollo y Educación
Superior (REDES) e incorpora resultados de actividades desarrolladas
en el marco de la Cátedra UNESCO de Indicadores de Ciencia y
Tecnología.
En dicho informe se exponen de
manera gráfica y explicada una serie de indicadores que dan cuenta
de como los Estados de Iberoamerica desarrollaron sus políticas
científicas y que pueden ser expuestas en sus resultados mediante
los indicadores que sirvieron de base al trabajo.
Las principales evidencias que
señala el documento
El contexto económico
El Producto Bruto Interno (PBI)
de ALC muestra un crecimiento total del 38% entre 2008 y 2017,
alcanzando casi los diez mil millones de dólares PPC, mientras que
Iberoamérica creció un 35% hasta superar los doce mil millones. Sin
embargo, desde 2015 se aprecia un estancamiento económico en ambos
bloques, con un crecimiento interanual menor al 2% que afectó el
desarrollo de las actividades de ciencia y tecnología.
La inversión en I+D
La evolución positiva del PBI en
gran parte de la última década propició un aumento de los recursos
destinados a ciencia y tecnología. Sin embargo, el cambio de
coyuntura económica tuvo un fuerte impacto sobre la inversión en
I+D. En 2016, por primera vez desde el año 2000, los recursos
económicos dedicados a la ciencia y la tecnología decrecieron. Las
restricciones económicas en ALC continuaron en 2017 haciendo que el
porcentaje del gasto disminuya aún más.Es importante no perder de
vista que la inversión regional representa tan sólo el 3,1% del
total mundial.
ALC se caracteriza, además, por
un fenómeno de concentración en el cual Brasil, México y
Argentina, representan el 86% de su inversión total.
En términos relativos al PBI, el
conjunto de países iberoamericanos realizó una inversión que
representó el 0,75% del producto bruto regional en 2017, mientras
que ese mismo indicador para ALC alcanzó el 0,64%.Portugal y Brasil
son los países iberoamericanos que más esfuerzo relativo realizan
en I+D, invirtiendo el 1,33% y 1,27% de su PBI respectivamente en
estas actividades.
España alcanzan el 1,20% y el
resto de los países invirtió menos del 0,70% de su producto en I+D.
Comparativamente, la inversión de los países de ALC e Iberoamérica
continúa teniendo una baja intensidad en comparación a la de los
países industrializados. Por ejemplo, Corea e Israel superan el 4%,
mientras que Alemania y EE.UU rondan el 3%.
Recursos humanos dedicados a I+D
La cantidad de investigadores EJC
en Iberoamérica ha experimentado un crecimiento del 28% entre 2008 y
2017, pasando de 385.346 a 492.680.
Si tenemos en cuenta su
distribución de acuerdo con el sector de empleo, en 2017 el 57% de
los investigadores realizó sus actividades en el ámbito
universitario.
Estudiantes y Graduados
El total de estudiantes de la
educación superior en Iberoamérica pasó de algo más de 23
millones en 2010 a 29 millones en 2016, lo cual implicó un
crecimiento del 24%. Si analizamos su composición según nivel, en
el año 2016 el 80% de los estudiantes corresponden al nivel de
licenciatura, el 6% en maestría y 1% en doctorado. El resto cursó
grados no universitarios de la educación superior. El número total
de graduados de la educación superior en Iberoamérica ha tenido un
crecimiento significativo, pasando de alrededor de 2, 8 millones en
2010 a 4,2 millones en el año 2016 (49% más). Respecto a la
distribución por nivel, en 2016 el 71%, corresponde al de
licenciatura, el 14% a maestrías y el 1% a doctorados. El resto
correspondió a grados no universitarios.
Publicaciones
Entre 2008 y 2017 la cantidad de
artículos publicados en revistas científicas registradas en SCOPUS
por autores de ALC creció un 84%, destacándose el crecimiento de
Brasil que logra aumentar en un 86% la cantidad publicaciones en esta
base de datos.
Patentes
La cantidad total de patentes
solicitadas en las oficinas nacionales de los países
iberoamericanos, aumentó un 6% entre 2008 y 2017. En Iberoamérica,
Portugal incrementó el número de patentes en un 32% mientras que
España disminuyó un 9%.
En ALC el incremento es liderado
por Chile que quintuplica sus solicitudes y Colombia que las duplica,
pero con un impacto muy pequeño sobre el total de ALC. El 81% de
solicitudes de patentes en ALC corresponden a empresas extranjeras
que protegen productos en los mercados de la región.
En la Argentina se ha vivido un
proceso particular, que produjo retroceso y deterioro de las
condiciones de la investigación y el desarrollo de las ciencias en
buena parte del SNCyT.
La
abrupta disminución del financiamiento del sistema científico
argentino denunciado ya a través de tres cartas públicas por 240
directores de institutos de investigación, 1.167 científicos de
todo el mundo y 11 premios Nobel. Ninguno ha recibido respuesta del
gobierno, durante 2018 y 2019.
"Lo
que ocurre es que me han dicho algo que ya sabía: que hay menos
presupuesto, que hay que apostar a la ciencia. Es algo que jamás he
negado. No había una propuesta que tuviera que ser analizada más
allá de aumentar el presupuesto y eso lo estamos haciendo. Estamos
tratando de aumentarlo”, responde telefónicamente el secretario de
Gobierno de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, José Lino
Barañao. Para él, que administra la cartera desde el gobierno de
Cristina Fernández de Kirchner, “no es la peor situación por la
que ha pasado la ciencia argentina” y si bien “es verdad que hay
menos fondos, eso no implica que toda la ciencia esté en peligro”.
A pesar de los numerosos científicos del país y del mundo que
expresan su malestar, el funcionario lo restringe a un grupo
específico. “Estamos haciendo muchas cosas que tal vez no son las
que la comunidad científica abocada a la investigación básica ve.
La mayor parte de los voceros del reclamo vienen de ese sector que
reconozco que es el más perjudicado, pero bueno, se establecen
prioridades en un contexto de emergencia”, referido especialmente a
la situación del Conicet (La mejor institución gubernamental de
ciencia en Latinoamérica, según el último ranking de Scimago, una
evaluadora internacional de instituciones científicas. En su última
convocatoria fueron rechazados 2.145 doctores de los 2.595 que se
habían presentado. El 80%, afuera. “Esto produce una terrible
desilusión en estos jóvenes que se han formado durante casi 14 años
y en los que el Estado argentino, es decir todos nosotros, invertimos
en su formación. Algunos se presentaban por segunda o tercera vez.
Han quedado afuera jóvenes con más de 90 puntos”, cuestiona la
doctora en Ciencias Químicas Ana María Franchi, directora de
un centro de investigación especializado en reproducción humana.)
Actualmente, a dos meses de la
Asunción del nuevo gobierno las cosas parecen mejorar.
Las y los investigadores y
técnicos que quieran iniciar una carrera en el Conicet, tendrán el
doble de oportunidades que en años anteriores. Así lo determinó el
Gobierno nacional, que ordenó duplicar los ingresos para ambas
carreras, así como un aumento en los subsidios para proyectos de
investigación. La convocatoria a ingresos al Conicet en 2020 será
de 800 cargos para investigadores y 300 cargos para el personal
técnico. Los 1.100 nuevos ingresos se contraponen con los 600 en
total por año que otorgó el gobierno anterior.
"Esta decisión está en la
línea con una idea: volver a recuperar parte de los recursos humanos
que fuimos perdiendo en estos cuatro años", sostuvo el ministro
de Ciencia, Tecnología e Innovación, Roberto Salvarezza …
El titular de la cartera anunció
que el Presidente Alberto Fernández dispuso "duplicar los
ingresos a la carrera de investigador científico y tecnológico,
como así también al personal técnico en relación a los que se
otorgaban durante el período del gobierno precedente". Lo hizo
en una conferencia de prensa que ofreció junto a la presidenta de
Conicet, Ana Franchi, y el presidente de la Agencia Nacional de
Promoción Científica y Tecnológica, Fernando Peirano. También
definieron un incremento del 25 por ciento en los subsidios de los
Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica 2018 de la
Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.
El incremento en la cantidad de
ingresos había sido planteado por Franchi como una de las dos
urgencias que asumía al hacerse cargo de la dirección del Conicet.
La otra, el aumento en los estipendios de las becas para
investigadores, resuelta a mediados del mes pasado.
"Es una noticia muy
importante porque implica que vamos a poder otorgarle el ingreso a un
porcentaje de postulantes formados con gran esfuerzo propio y por el
Estado argentino que han quedado afuera años anteriores",
aseguró Franchi …
Tras la medida anunciada, el
Conicet cubrirá este año 800 cargos para investigadores y 300
cargos para el personal técnico. La presidenta del Conicet aclaró
que la duplicación a los ingresos es por la convocatoria del 2019,
es decir los que se presentaron el año pasado y se van a informar
este año. "Para la carrera de investigador son 800 cargos,
cuando el año pasado eran 450. Y para la carrera de personal técnico
300 contra 150 del año pasado", señaló.
La medida, apuntaron, responde a
la necesidad de "recuperar recursos humanos" en la ciencia
del conocimiento. "Durante el gobierno de Mauricio Macri se
retrocedió en recursos humanos en materia de ciencia y tecnología,
fundamentales no solo para la industria del conocimiento sino también
para el bienestar de todos nuestros ciudadanos", remarcó
Salvarezza.
En ese sentido, destacó que esta
decisión de duplicar los ingresos "representa una apuesta firme
de que la Argentina tiene que cambiar de rumbo". "Debemos
ir hacia una Argentina que apueste al conocimiento como un insumo
para el desarrollo tanto de lo económico como de lo social. Estamos
cumpliendo con la promesa de Alberto de que la ciencia se iba a poner
de pie", celebró.
En cuanto al incremento de los
montos para subsidiar proyectos de Investigación Científica y
Tecnológica (PICT) 2018, el objetivo es "recuperar una parte
del poder de compra perdido durante los últimos cuatro años por los
científicos y científicas para que puedan continuar con sus
proyectos de investigación", indicaron desde la cartera.
"Desde la Agencia Nacional
de Promoción Científica y Tecnológica vamos a reforzar los
subsidios que reciben los investigadores e investigadoras de todo el
país. Este refuerzo va a ser del 25 por ciento y va a permitir
quebrar una tendencia negativa después de cuatro años de pérdida
de capacidad de compra", remarcó Fernando Peirano durante la
conferencia de prensa. Ese refuerzo representa un monto de 262
millones de pesos y está destinado a 1332 proyectos.
"Además, el 25 por ciento
va a estar acompañado de 430 becas que va a permitir que los equipos
de investigación incorporen a jóvenes y esto va generando las
nuevas camadas de investigadores en el país formados por nuestro
propio sistema", detalló Peirano.
Los ingresos a la carrera de
investigador y personal técnico serán financiados, explciaron, con
fondos del presupuesto nacional.
En cambio, el aumento en los
subsidios para proyectos de investigación será financiado por el
Banco Interamericano de Desarrollo (BID). "Para el incremento en
los subsidios tuvimos el acompañamiento del BID. Nos hemos reunido y
han entendido la emergencia de los investigadores en materia de
subsidios. Por eso se hizo una redistribución de fondos que quedaban
pendientes, que no estaban ejecutados", subrayó.
"La gente del BID comprende
que no estábamos con la situación del 2015, sino 4 o 5 peldaños
más abajo. En una situación de emergencia con los subsidios que no
alcanzan y con ingresos muy limitados", añadió Salvarezza.
"Estas son evidencias bien claras de que este gobierno está
decidido a poner a la ciencia argentina de pie. Este es el comienzo
de la recuperación de la ciencia argentina", aseguró.
"Con esta medida estamos
revirtiendo estos cuatro años de retroceso. Como dijo el ministro,
en 2015 teníamos tres investigadores cada mil habitantes
económicamente activos. Lamentablemente en 2019 nos encontramos con
solo 2,5 investigadores cada mil habitantes económicamente activos",
apuntó.
A mediados de enero, el gobierno
de Alberto Fernández anunció un aumento progresivo de más de 15
mil pesos para las becas doctorales del Conicet, cifra que en
junio elevará a 45.430 pesos el monto de las becas doctorales (hoy
es de 29.817 pesos) y a 54.833 pesos las postdoctorales (en la
actualidad cobran 36.752 pesos). Dicho aumento se suma además al
lanzamiento de 400 becas extras que se sumarán al plantel actual.
Durante los cuatro años del
Gobierno de Mauricio Macri el sistema científico atravesó una
crítica situación que incluyó recortes presupuestarios y ajuste
salarial, reducción del ingreso de nuevos investigadores,
cancelación de fondos para congresos, imposibilidad de renovar
insumos básicos en laboratorios y caída de los subsidios a la
investigación.
Además, la gestión de Cambiemos
había decidido convertir al Ministerio de Ciencia, Tecnología e
Innovación Productiva- creado en diciembre de 2007 por la presidenta
Cristina Fernández- en una Secretaría bajo la órbita del
Ministerio de Educación. El argumento se escuchó en otras áreas:
"reducir el déficit fiscal".
Pese a que el presupuesto
Nacional 2019 contempló un 30% de incremento en sus partidas, tal
aumento resulta insuficiente a la luz del mas de 50% de inflación
que registro la economía Nacional. Las medidas anunciadas se
proponen un alivio para el sector ciencia en Argentina, a la espera
de que los acuerdos por la Deuda Externa permitan elaborar un
presupuesto para este 2020 que mejore las expectativa y vuelva a
colocar a la Ciencia, la Tecnología y la Innovación argentinas en
el camino de desarrollo que jamás debió abandonar.
II
¿Qué cambió a partir
de 2016?
Cambios, continuidades y ¿nuevos
horizontes?
El
cambio de gestión gubernamental a nivel nacional, ocurrido en 2015,
implicó no sólo de un cambio de gobierno, sino de un cambio de
etapa política: el reemplazo de un proyecto al que se puede
calificar de neodesarrollista-populista por uno de signo
neoliberal [La
caracterización del gobierno de Mauricio Macri, iniciado en 2016,
resulta más compleja. Se puede plantear que se trata de un híbrido
entre el liberalismo clásico, el populismo de derecha, y los
intentos de construcción de una socialdemocracia, al mejor estilo
europeo. Sin embargo, ese híbrido precisamente demuestra que no es
ninguna de esas tres cosas por separado. No se trata de un proyecto
enteramente liberal (otorga concesiones a los sectores populares, por
ejemplo mantuvo e incrementó la AUH); tampoco representa cabalmente
a un “populismo de derecha” en tanto Mauricio Macri no reúne las
característica de un líder carismático que apuesta a la
confrontación política permanente, y es capaz de movilizar a las
masas; y mucho menos se trata de una coalición de gobierno de tipo
socialdemócrata al implementar un programa económico abiertamente
neoliberal, y demostrar en la práctica poca preocupación por la
mejora de la calidad institucional y la búsqueda de consensos.].
Esto quiere decir que no se trató simplemente de un cambio de mando
presidencial, sino, fundamentalmente, un cambio de rumbo político,
económico, social, etc.
En
este contexto, las políticas de innovación socio-tecnológica
quedan subsumidas en una dinámica general de “tire y afloje”,
transversal a todas las áreas de gobierno. El Estado y sus
instituciones constituyen una arena de conflicto, en la cual se
cristalizan las relaciones sociales y los proyectos políticos en
pugna. Por lo tanto, las definiciones de política pública
difícilmente puedan ajustarse a una directriz lineal y
unidireccional, sino que responden a esta dinámica general de
conflicto permanente y relaciones de fuerza entre sectores sociales
que a veces se institucionaliza a través de partidos políticos.
Esto significa que si bien desde el gobierno se intentó reducir
notablemente el presupuesto destinado al sector de CyT en un marco
general de políticas de austeridad fiscal, se registró un fuerte
rechazo y un proceso abierto de resistencia por parte de la comunidad
científica que impidió, en algunos casos, que tal ajuste se llevará
a cabo.
En el plano de la continuidad,
entendida como consecuencia de este proceso general de avance y
retroceso, se pueden mencionar tres pilares de las políticas de
innovación socio-tecnológica que permanecen aún vigentes: a) El
ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCYT),
Lino Barañao, continúo ejerciendo sus funciones (a pesar de que su
rango de ministro se degradó a secretario); b) El Plan Argentina
Innovadora 2020 no fue formalmente eliminado ni remplazado aún por
otro, más allá de que existan claros indicios de que esto va a
suceder en 2019; c) El presupuesto para las universidades e
instituciones del conocimiento, así como para el sistema nacional de
CyT no fue brutalmente recortado en un inicio de gobierno
(2016-2017). Esto no quiere decir que estos “sostenes” de la
política de innovación, implementada anteriormente, justifican la
vigencia plena de las mismas. Se puede afirmar que no hubo una
destrucción radical de lo “vigente” pero si un claro deterioro
que se profundizó en los últimos dos años (2018-2019).
Este deterioro viene marcado,
fundamentalmente, por cuatros procesos coexistentes que afectan
seriamente a las políticas orientadas a la invención (eje central
de las políticas de innovación del ciclo político anterior):
- Un fuerte ajuste presupuestario que afecta al conjunto del sistema de CyT, que se agudizó a partir del 2018 y se registra en el presupuesto estipulado para el 2019. Tomando en consideración el Índice de Precios Implícitos (IPC), el presupuesto para el sector de CyT del año 2019 resulta un 30% inferior al presupuesto del 2015. Si a ese deterioro general, se le suma los datos desagregados, el ajuste resulta brutal en algunos organismos: un 66,2% menos para la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), un 58,8% para el ex MINCYT, y 38,7% para el caso del INTI, entre otros ejemplos.
- Una des-jerarquización del sistema de CyT, cuyo síntoma principal se vincula con el paso del Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación Productiva (MINCYT) a Secretaría, pero que también obedece a la relativización de los lineamos establecidos en el Plan Argentina Innovadora 2020 (aumento de la cantidad de investigadores, incremento de la inversión en I+D como porcentaje del PBI, etc.). A modo de ejemplo, el Plan Argentina Innovadora 2020 establecía que para el año 2017, debían ingresar 1100 investigadores al CONICET, y terminaron ingresando 600, un número inferior al año 2015, en el cual ingresaron 899.
- La megadevaluación del peso argentino en 2018 que generó un incremento muy significativo de la inflación y consecuente caída del poder adquisitivo de conjunto de los trabajadores de la ciencia, así como un incremento de los costos de muchas investigaciones que utilizan insumos importados. La caída del poder adquisitivo de los becarios e investigadores, en el año 2018, se calcula en torno al 18% y 25%. Para el año 2019, muchos institutos y centros de investigación dependientes del CONICET señalan que no saben si van a poder continuar funcionando debido al presupuesto asignado en relación a la inflación que supera ampliamente el 40%. El peso argentino se devaluó un 50,6% en el año 2018 y lideró el ranking de monedas en el mundo que más valor perdió en relación al dólar. El traslado de este incremento a los costos de numerosas investigaciones que utilizan insumos importados resulta inmediato e imposibilita continuar algunas líneas de investigación.
- Un contexto macroeconómico de mucha inestabilidad (recesión, caída del consumo, alta inflación, desempleo, etc.) y un fuerte endeudamiento externo que condiciona las proyecciones futuras de desarrollo del sector de CyT. La deuda externa ya alcanzó el 95,4% del PBI, un monto aproximado de U$S 307.656 millones. Las ventas minoristas alcanzaron una caída anual del 6.9%, y la industria cayó un 5%. La economía en este periodo afrontó un proceso de recesión, dado que se registraron tres trimestres de baja consecutiva del PBI.
Además del claro deterioro en
las políticas públicas implementadas en los últimos años, se
perciben algunos cambios que vale la pena resaltar:
- Una impronta marcada hacia las políticas orientadas al emprendedorismo como el eje estructural de las políticas de innovación. En este caso, se evidencia un enfoque general que asocia la innovación con la creación de nuevas empresas de tecnología o el fortalecimiento de las existentes, razón por la cual el Estado debe acompañar y eliminar todo tipo de trabas impositivas y burocráticas que pueden funcionar como obstáculo para el crecimiento de las mismas. La Ley de Emprendedores y el proyecto de Ley para la Economía del Conocimiento, constituyen algunos ejemplos.
- Una apuesta muy marcada al impulso de la formación de capacidades y conocimientos por fuera de los ámbitos científico-académicos. Los “clubes sociales de innovación”, una iniciativa de la Provincia de Buenos Aires, constituye un ejemplo. Si bien se presentan como programas que buscan abrir espacios de innovación para potenciar el trabajo colaborativo en áreas como robótica, videojuegos, artes digitales, etc. Al explorar con mayor detenimiento estas iniciativas, se identifica que no se trata precisamente de espacios de innovación abierta sino más bien espacios de formación de competencias digitales. Este tipo de programas evidencian una perspectiva más profunda respecto a la formación de recursos humanos para el sector tecnológico. A diferencia del periodo anterior, el eje no se encuentra puesto en la formación de capacidades en el sector de CyT, sino en la conformación de una oferta formación extendida a otros sectores sociales, a través de modalidades de corta duración (pequeños cursos). Se puede mencionar otras iniciativas como el Plan 111 mil que actúan en la misma dirección. Detrás de nobles intenciones, se pueden desplegar algunas maniobras que buscan generar una oferta de mano de obra precarizada para el sector tecnológico.
- Algunos sesgos marcados hacia la necesidad de fortalecer las infraestructuras tecnológicas. Se asume que muchos de los problemas asociados a la competitividad de las empresas de tecnología refieren a los altos costos vinculados a la logística e infraestructura tecnológica: conectividad, energía, etc. En el documento “Bases para la Agenda Digital 2030”, se establece como eje estratégico la infraestructura tecnológica. Para alcanzar este objetivo, se propone impulsar iniciativas de alianza entre capitales públicos y privados que permitan sostener las inversiones. A diferencia del plan Argentina Conectada, en este caso se lanzó el plan Federal de Internet en el cual se busca garantizar el acceso a Internet a través de ARSAT. Sin embargo, en la práctica este programa sólo garantiza conexión a Internet para algunas dependencias estatales como escuelas, hospitales, comisarías, etc., en algunas localidades del país. Es decir, el cambio no se vislumbra tanto en las políticas implementadas, sino en el discurso centrado en las inversiones del sector privado como herramienta fundamental para mejorar las infraestructuras tecnológicas.
Para
el
secretario de Planeamiento y Políticas de Ciencia, Tecnología e
Innovación, Diego Hurtado, los
planes para revertir el desmantelamiento del sector, su desconexión
parcial con la realidad socioeconómica, la vinculación con el
sector productivo y el extractivismo son algunos de los temas que
deberán ser abordados
en
la gestión actual.
-Las
primeras iniciativas muestran ya un giro de 180 grados respecto de
las políticas de desindustrialización, financiarización,
extranjerización y endeudamiento del macrismo. En este proceso de
recuperación de un sendero de desarrollo, el nuevo MINCYT debe
responder a esta reorientación con todas sus capacidades. Por eso
vamos a trabajar en agendas de investigación y desarrollo alineadas
con las políticas de áreas como desarrollo social, salud, energía,
industria, ambiente, agro y defensa. Reorientar las agendas del
sector de ciencia y tecnología en la dirección de un proyecto de
democracia con industria, generación de empleo y ampliación de
derechos es un problema político que debe ser atendido con una
política científica que acompañe el fortalecimiento de nuestras
pymes y garantice un desarrollo con sustentabilidad ambiental.
-Si
nos comparamos con las economías denominadas centrales, la primera
diferencia crucial que encontramos en las actividades de ciencia y
tecnología, a lo largo de su historia, es su desconexión con la
realidad socioeconómica. Para ser más preciso, hoy podemos hablar
de desconexión parcial, porque podemos mostrar muchos ejemplos,
aunque no los suficientes, de desarrollos científicos y tecnológicos
con distintos grados de impacto, que son justamente las experiencias
que nuestro país debe ser capaz de comprender y multiplicar. Acá
hago un paréntesis para evitar malentendidos. La historia enseña
que esto que llamo desconexión no se explica por un pecado original
de la ciencia argentina, sino por la condición de país
semiperiférico con una economía extranjerizada. Es un problema
político vinculado a una historia de inestabilidad institucional, de
gobiernos de facto y neoliberales que han logrado obstruir los
procesos de aprendizaje, acumulación de capacidades y enraizamiento
de las actividades de I+D, y que las desconectaron de la realidad
socioeconómica. Hoy, en lo que hace a la emergencia alimentaria, es
importante lograr una mayor vinculación entre el conocimiento
científico y sectores como la agricultura familiar, los pequeños
productores y las pymes, y esto supone empezar a resignificar qué
ciencia y qué tecnología necesitamos. Un ejemplo bien concreto es
que el MINCYT se sumó rápidamente al Plan Argentina contra el
hambre y estamos evaluando más de cien proyectos para seleccionar
los que puedan dar una respuesta rápida al hambre y la malnutrición.
En la actualidad contamos con información georreferenciada de peso y
talla de la población infantil para seguir en tiempo real la
situación nutricional. Es muy alentador tener como aliados a Ginés
González García y Daniel Gollán en los ministerios de salud
nacional y bonaerense, a Daniel Arroyo y Victoria Tolosa Paz en el
área social, a Luis Basterra en agricultura; además de referentes
de la producción popular como Enrique Martínez. Todas y todos
trabajando en la misma dirección. La unidad política ayuda a
potenciar todo lo que nos proponemos desde el MINCYT.
A
nivel nacional e internacional el papel de la Ciencia, la Tecnología
y la Innovación (CTI) en los procesos de desarrollo y en la
resolución de problemas de desigualdad, pobreza y exclusión social,
ocupan un lugar relevante tanto en el ámbito académico como en el
plano de las políticas públicas.
En Argentina, desde una concepción
que privilegia el papel del conocimiento en el desarrollo, se
implementaron políticas públicas de CTI que produjeron cambios
político –institucionales significativos en la estructura
organizacional e incorporaron nuevos sistemas e instrumentos de
financiación y promoción de la investigación científica y la
innovación tecnológica en el sector productivo, registrándose un
renovado interés sobre el papel las políticas públicas en la
provisión de soluciones a problemas orientados a la inclusión
social, la reducción de la desigualdad y la sostenibilidad
ambiental.En el marco de la 1ª Convocatoria del Centro
Interdisciplinario de Estudios de la Ciencia, Tecnología e
Innovación (CIECTI) se desarrolló el Proyecto 01-04-20 “La
producción de tecnologías e innovación para el desarrollo
inclusivo y sustentable. Análisis de políticas públicas y
estrategias institucionales en Argentina (agricultura familiar,
energías renovables, TIC, biotecnologías y nanotecnologías)”,
con el objetivo analizar las políticas públicas de Ciencia,
Tecnología, Innovación y Desarrollo (CTIyD) y las experiencias
institucionales de generación de tecnologías para el desarrollo
inclusivo y sustentable en Argentina, a fin de contribuir a la
generación de capacidades e instrumentos de gestión orientados a
generar dinámicas de inclusión social y de desarrollo
sustentable.
Para el desarrollo de la investigación se conformó un
equipo de trabajo integrado por investigadores pertenecientes al
Departamento de Ciencias Socialesde la Facultad de Ciencias Agrarias
de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) y el Instituto de
Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología (IESCT) de la
Universidad Nacional de Quilmes (UNQ).
En
el análisis de las políticas públicas y estrategias institucionales
de producción de Tecnologías para el desarrollo inclusivo y
sustentable (TDIS) en Argentina, se constatan un conjunto de logros y
restricciones respecto al financiamiento, los procesos de evaluación
y en la implementación y dinámicas de aprendizaje, cuestiones que
requieren ser comprendidos en forma integrada ya que se influyen
mutuamente.Entre los avances y logros se destaca el aumento sostenido
de financiamiento del sector científico-tecnológico tanto en
términos nominales como porcentuales, que se expresó también en
campo de las TDIS.Entre las principales limitaciones y puntos
críticos se encuentran:Las TDIS son comprendidas como “tecnologías
para pobres”. El diseño, gestión e implementación de políticas,
instrumentos y proyectos tienen incorporada esta concepción que
resulta en una asignación de recursos desigual en comparación de
las políticas de CyT generales frente a las específicas para TDIS
(en términos nominales y porcentuales de recursos humanos y
financieros). El carácter lineal en el diseño y gestión de la
política pública en CyT basada en la construcción experta de
soluciones y de líneas de financiamiento que excluye a los
potenciales usuarios y beneficiarios de las TDIS.
Los proyectos TDIS
plantean nuevos desafíos y formas de producir conocimiento,
requieren criterios diferentes a los utilizados para los proyectos de
investigación tradicionales, que incluyan nuevos indicadores que
incorpore el nivel de articulación con el medio socialen procesos
que responden a articulaciones e interacciones con actores ajenos al
mundo académico, y crear mecanismos para rescatar los aprendizajes
generados.
Los procesos de aprendizaje y adecuación socio-técnica
hacen imprescindible el rescate de los saberes heterogéneos y el
reconocimiento de marcos tecnológicos alternativos. Los saberes en
juego se asocian a las dinámicas sociales, culturales y económicas
de determinados
grupos sociales en un territorio particular. Esta complejidad hace
imposible replicar de forma acrítica modelos, proyectos y
experiencias.
La necesidad de cambios en los sistemas de evaluación
para subsanar las limitaciones que presentan los sistemas
implementados hasta el momento. Los procedimientos de evaluación
requieren un trabajo intensivo de capacitación y acompañamiento de
los evaluadores para modificar las prácticas tradicionales.
Los
proyectos TDIS tienen escasa visibilidad,incluso dentro de los
órganos de comunicación de las instituciones que los impulsan. A
pesar de esto, se ha logrado generar canales alternativos e
informales a través de redes diversas. La articulación de los
usuarios y las políticas TDIS es deficitaria también por su
carácter periférico dentro del sistema de CyT, no sólo en términos
presupuestarios, sino también comunicacionales.
Estas limitaciones
consolidan formas de implementación de proyectos y políticas
paternalistas y asistencialistas.
En las políticas y proyectos TDIS
se
omite la dimensión diacrónica de todos los procesos de cambio
tecnológico. En el desarrollo de las TDIS es necesario repensar la
variable tiempo en términos más flexibles para favorecer procesos
de aprendizaje y dinámicas socio-técnicas estables. Los
instrumentos generados hasta el momento para promover el desarrollo
de TDIS, confunden “lo prioritario” con “lo “estratégico”.
Las características de estos proyectos requieren otro tipo de
instrumento que no se limiten al financiamiento de soluciones
tecnológicas sino ampliarlo a construcción social de problemas y
soluciones, implementación colectiva, evaluación continua (que
involucren otros actores e instituciones en el proceso) de otro tipo
de proyectos. A fin de contribuir a la consolidación y
fortalecimiento de los procesos de política, así como la
capitalización de experiencias y aprendizajes vinculados a
tecnologías para el desarrollo inclusivo y sustentable en
Argentina,se propone:
- La
recuperación y sistematización de experiencias y aprendizajes
generados a partir de la ejecución de proyectos e
instrumentos.
-trabajar concretamente en la conformación de un banco
de proyectos TDIS que dé cuenta de la dinámica de las iniciativas y
mecanismos de gestión, donde se contemple: a) un sistema de
información de experiencias, b) elaboración de criterios de
sistematización de datos e indicadores y c) la comunicación y
generación demejoras en los instrumentos.
-desarrollar nuevas
capacidades estratégicas de diagnóstico, planificación, diseño,
implementación, gestión y evaluación de tecnologías y políticas
e CTIyD.
-Implementar procesos de planificación estratégica, y a
establecer objetivos, prioridades, montos, formas de comunicación,
capacitación y/o asesoramiento en el proceso así como el
seguimiento y monitoreo de las experiencias.
-Propiciar procesos
formativos y apuntar a la construcción colectiva de conocimientos
que incorporen distintos tipos de saberes, repartiendo poderes,
responsabilidades y potencialidades, y el apoyo a iniciativas e
gestión y auto-gestión.
-Elaborar instrumentos con mayor
flexibilidad e indicadores que permitan dar cuenta de las
características específicas de TIS y dar estabilidad a las
propuestas.
-Repensar los sistemas de evaluación, generando nuevas
pautas, y promoviendo la construcción de capacidades y cultura de
los evaluadores, que permitan superar la lógica donde solo se
considera pertinencia o área estratégica de los proyectos.
- Promover
y fomentar vínculos interinstitucionales, así como coordinar
acciones para generar interacciones sistémicas y facilitar
iniciativas de cooperación y complementación en el desarrollo e
implementación de tecnologías para la inclusión
social.
-Construcción de nuevos espacios y procesos de aprendizaje
colaborativo y cooperativo, para formar nuevas capacidades
tecno-productivas con mayor potencial de desarrollo económico,
inclusión y democratización.
Daniel
Roberto Távora Mac Cormack