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viernes, 21 de septiembre de 2012

Mas allá de la socialización de conocimientos

           
Conocimiento como Pensmiento -Acción colectiva

Pensar las relaciones CTS+i (Ciencia-Tecnología-Sociedad e Innovación) mas allá de la socialización del conocimiento para usos innovativos y de la difusión comunicacional de contenidos educativos o de divulgación de la producción científica, significa colocar a la ciencia en otro lugar diferente, en el juego de los actores sociales como parte de la construcción social de la realidad.


           Las profundas transformaciones sociales y estructurales del presente imponen la centralidad de los conocimientos como factor de innovación productiva, pero al mismo tiempo, permiten deconstrucciones y nuevas construcciones de todo o casi todo lo que puede ser objeto de conocimiento, incluido el ser humano y sus construcciones sociales. Una centralidad así comprendida plantea la necesidad de accesos cognitivos mas complejos que asuman al ser humano como parte esencial, sujeto y objeto de ese conocimiento que se coloca como centralidad  de las relaciones y del cual surgen entonces nuevas visiones y mentalidades que permiten mejores comprensiones de lo humano actuando junto a otros humanos en la construcción creativa y administración de todo cuánto existe y que es definido en términos de conocimiento y en relaciones complejas y con participación activa de actores diversos y no solo como producto exclusivo de los actores científicos profesionales o de las universidades o centros de investigación publicas y privadas, y las legitimaciones de sus producidos, solo como resultado de las evaluaciones entre pares o por tribunales de expertos (Comunidad científica), sino y también como resultado de dinámicas mas democráticas y participativas que tienen que ver con la aceptación social, la apropiación por parte de esas mismas sociedades y con intervención directa a partir de la comunidad organizada generando demandas y proponiendo definiciones en cuanto a direccionalidad y politicas de las producciones científicas. Aportando también a las comprensiones de lo propio como humano individuo y parte de la sociedad en la que esos conocimientos se desarrollan y expanden.

          Estas concepciones plantean una transformación de las mentalidades vigentes, que de hecho se están dando en las comprensiones de los roles y funciones de los individuos en sus territorios y en la globalidad y que propulsan modificaciones y transformaciones estructurales profundas que recién comienzan a ser visualizadas, de las estructuras sociales en general y de toda forma de hacer, pensar y sentir por los humanos en el planeta. Los cambios se dan de maneras diversas  y al mismo tiempo que se producen en los espacios locales, nacionales o territoriales, impactan en otros territorios y en otras localidades   modificando culturas, recupeando la historia, asumiendo las geografías en relación a la vida de las comunidades que las habitan, recomponiendo relaciones solidarias por encima de la especulación y la renta, modificando prácticas productivas, visiones y modelos económicos y políticos, cuestionando y afirmando o modificando pautas culturales, incentivando nuevos caminos creativos y socializándolos sin intermediaciones, cuestionando los limites entre lo publico y la privado, la propiedad publica y privada, las contradicciones entre cooperación y competencia y desenmascarando las causas reales de los problemas crónicos que afronta la humanidad: Pobreza, hambre,  desigualdad, Guerras, violaciones a los Derechos Humanos y a la vida y al acceso a condiciones dignas de vivir. Causas que no son otras que las resultantes de la inequidad en la distribución de lo que humanamente somos capaces de producir en el planeta, de la fragmentación de los conocimientos reservados para pocos  y de la concentración de ambos: conocimiento y riqueza, en un numero muy reducido de personas en relación al total de habitantes del planeta.

          La socialización de los conocimientos y de la información que de estos surgen, permite conocer que el 1% de la población global concentra para si un 44% de las riquezas totales producidas en el planeta, poniendo de manifiesto las dinámicas de un sistema de intercambios entre las naciones y las personas de una injusticia radical.

 
          Colocar el conocimiento como centralidad, desplazando lo económico y la moneda (dinero) como imperativo de las acciones humanas supone una transformación global que generé dinámicas de distribución de las riquezas diferentes a las que se han venido sosteniendo hasta el presente, en función de terminar con el hambre, la pobreza y las brechas que son sentidas como negativas en el contexto de la gobernanza  mundial. Los organismos internacionales que hacen énfasis en la necesidad de que las políticas públicas de las naciones articulen medidas comunes para modificar sus causas estructurales  y que son objeto de las relaciones globales impuestas por la lógica de la fuerza militar al término de la segunda guerra mundial. La escandalosa concentración de mucho en pocos, necesita que la generación y distribución de los conocimientos asuma su centralidad en relaciones territoriales concretas y en la apropiación social de sus creaciones, a partir del conocimiento y autoconocimiento de lo humano como factor activo de todo cuánto existe, generando una verdadera democracia participativa de las ciudadanas en torno a los conocimientos que resulten pertinentes y relevantes para los desarrollos de cada territorialidad y a la actividad científica como parte de esos complejos que involucren actores que generen Ciencia, tecnología, sociedad e innovación para la creación de administraciones inteligentes de los territorios locales, nacionales y las articulaciones globales en términos inversos a los presentes. Esto es, que no sean las dinámicas globales las que inventen necesidades y carencias a las comunidades locales, sino que sean estas las que expresen sus verdaderas necesidades y carencias, para que las políticas publicas, la educación, la ciencia y la tecnología busquen y encuentren las respuestas adecuadas y estas se articulen en dinámicas nacionales y globales que las hagan posibles y asequibles a todos los colectivos con necesidades similares, respetando la individualidad al servicio de lo comunitario y las identidades particulares interactuando  en relaciones respetuosas y equitativas y en relaciones equilibradas entre el respeto a la individualidad y las necesidades y aspiraciones globales.

        Se trata de estimular la creación de grupos de pensamiento-acción que construyan territorios inteligentes como núcleos de participación social para la democratización mas profunda y real de las decisiones de los estados nacionales y de los acuerdos internacionales y globales que surjan de estas nuevas formas.

Ciudadanías participativas en la administración inteligente y en la centralidad de los conocimientos, de los territorios que habitan y de la globalidad de la que formamos todos parte. Reconocernos humanos en la multidimensionalidad y complejidad de nuestras presencias individuales y colectivas articulando niveles de acción y sinergias de concepción y capacidad creativa para el surgimiento de verdaderas sociedades del conocimiento que administren de formas inteligentes los territorios que habitan.

Daniel Roberto Távora Mac Cormack